La renuncia de Rodolfo Canicoba Corral no debería poner contento a nadie. Porque ahora se va a ir a su mansión (a alguna de sus mansiones) a descansar. Y encima va a empezar a cobrar una jubilación de privilegio de más de 300 mil pesos. Nos queda un pequeño consuelo. Igual que Noberto Oyarbide, otro cachivache al servicio del poder de turno, Canicoba no va firmar un solo expediente más.