El pasado jueves del primer cacerolazo al gobierno de Mauricio Macri, la ensayista Beatriz Sarlo presenció una escena que también vieron otros: militantes kirchneristas, hiperindignados, insultaban a quienes estaban protestando pero habían dado a entender que lo hacían a pesar de haber elegido al actual presidente. “Vos lo votaste: ahora jodete”, repetían, palabras más, palabras menos. De nada parecían servir las explicaciones de puro sentido común que intentaban ensayar. Había, por ejemplo, pequeños comerciantes con la boleta de gas en la mano, quienes sostenían que si la pagaban, no podían hacer lo mismo con el alquiler del local, al mes siguiente. Había también ciudadanos de clase media que agitaban dos facturas de gas de abril o mayo. Una del año pasado y otra de éste. Su reflexión: “¿No podían haber planteado el aumento de manera escalonada?”. Pero la respuesta de la militancia kirchnerista no admitía segundas lecturas: “Jodete. Eso te pasa por votar a Macri”.