(Columna de Luis Majul publicada en Diario La Nación) El Presidente, sus ministros de más peso, los gobernadores del peronismo, la mayoría de los dirigentes de la CGT y buena parte de los intendentes de la provincia que pertenecen al Partido Justicialista y aspiran a la reelección tienen un diagnóstico parecido sobre cómo quedó Cristina Kirchner después de la derrota del 14 de noviembre. Lo único que la vice parece mantener intacto, sostienen, palabras más, palabras menos, es su capacidad de daño. Mejor dicho: “algo” de su capacidad de hacer daño. Daño al propio gobierno en general y al jefe del Estado en particular, como lo demostró, afirman, horas después de las PASO, al enviar su “carta bomba” acompañada del amago de renuncia de los ministros que le responden, como el del Interior, Eduardo “Wado” de Pedro.