Si la Argentina fuera un país normal y no la República de morondanga que supimos conseguir, la coalición de gobierno debería perder las próximas elecciones por paliza, porque no alcanzó a cumplir ni una sola de las promesas que lanzó en la última campaña de 2019. Ni la pandemia ni el “pero Macri” deberían servirle, a esta altura, para justificar semejante desastre.