Después de un año y dos meses de gestión, no solo está claro que -como diría la vicepresidenta- hay “funcionarios que no funcionan”. Además parece obvio algo todavía más grave: que el acuerdo político entre Alberto y Cristina no va ni para atrás ni para adelante. Que el Frente de Todos es solo una gran excusa para que el peronismo se dispute los espacios de poder.