Mientras vamos derechito hacia los 50 mil muertos y más de 2 millones de contagiados, en el medio de una campaña de vacunación demasiado lenta, una inflación en ascenso, uno de los índices de pobreza más altos de la historia, una abrupta caída del salario y de las jubilaciones y el temor de que el dólar se vuelva a disparar, en el gobierno parecen más preocupados en manipular la fecha de las elecciones, con el objetivo de evitar una derrota, que en llevar alivio para algunos de los gravísimos problemas que tiene la Argentina.