La verdadera reforma judicial no es el proyecto que presentó el gobierno en un acto oficial. La verdadera es la que hacen Cristina Fernández, Cristóbal López, Oscar Parrilli y Hugo Moyano casi todos los días, presionando a distintos fiscales y jueces, a través de los medios y en forma privada también. La vice quiere voltear, sin demasiado protocolo, a Leopoldo Bruglia, el camarista que le ordenó a la jueza María Servini de Cubría poner un límite a la búsqueda de mensajes en el teléfono de Darío Nieto, quien fuera el secretario privado del expresidente Mauricio Macri.