Hace más de 40 años que trabajo como periodista. Escribí varios libros de investigación donde se revelaron decenas de casos de corrupción. Con nombre y apellido. Jamás fui condenado por publicar un dato falso. Durante los últimos diez años, tuve que dedicar parte de mi energía en defenderme de acusaciones falsas. Me acusaron de evadir impuestos. Fui ampliamente sobreseído. Intentaron silenciarme quitándome, de un día para el otro, la misma publicidad que recibían todos los medios. No pudieron. La Corte Suprema terminó fallando a nuestro favor, lo que sentó un precedente en la materia. He recibido acusaciones tan delirantes que fueron desestimadas in límine. He soportado campañas públicas de intimidación que incluyeron pegatinas ilegales de afiches, especiales en televisión, amenazas en mi teléfono personal e intentos de agresiones físicas. Las denunciamos ante la justicia, como corresponde.