(Columna publicada en Diario El Cronista Comercial) En el gobierno están cada vez más preocupados por el impacto judicial, político y social, de la causa denominada los cuadernos de la corrupción. De otra manera no se explica cómo el miércoles pasado, el mismo día en que se frustró la sesión para discutir si se autorizaba o no el allanamiento a los domicilios particulares de Cristina en Recoleta, Río Gallegos y Calafate, se hayan llevado a cabo dos reuniones secretas, relevantes y en domicilios particulares. Dos reuniones que tuvieron lugar en el departamento de Fabián Pepín Rodríguez Simón en uno de los barrios más elegantes de la ciudad. En un momento del día, antes de la sesión, pasó por allí nada más y nada menos que Migue Angel Pichetto, el hombre que tiene la llave de la protección política de Cristina Fernández. Y unas pocas horas después, lo fue a visitar alguien más importante todavía: el propio Mauricio Macri.