(Columna publicada en Diario El Cronista Comercial) Hoy puede pasar cualquier cosa. Dentro y fuera del Congreso. Dentro, porque Cambiemos no tiene el quórum asegurado. Y fuera, porque la decisión de reemplazar a la Gendarmería por la Policía de la Ciudad para hacerse cargo de la seguridad alrededor del Parlamento, en semejante contexto, es una experiencia inédita, de resultados inciertos. En las últimas horas, el presidente de la Cámara, Emilio Monzó, con la información que recibía de los ministros Rogelio Frigerio y Nicolás Dujovne, y el aparente compromiso de los gobernadores peronistas, decía que podía contabilizarse, a priori, solo 135 legisladores en sus bancas, lo que permitiría comenzar la sesión, con un número muy ajustado. Pero no estaba demasiado seguro. Es más: muy cerca de Monzó temían que, más allá del enojo del Presidente quien considera que algunos mandatarios lo traicionaron, y otros, definitivamente, no pueden controlar a los diputados los gobernadores están contrariados por el anuncio del bono compensatorio que anticipó, Elisa Carrió el jueves pasado, en plena sesión.