Aníbal Fernández hace todo a lo grande. Grita, amenaza, insulta, pero la realidad no deja de pegarle cachetazos casi todos los días. La última gran bofetada de su vida se la dio María Eugenia Vidal, la actual gobernadora de Buenos Aires, cuando le cerró la boca con más de 621.060 votos de diferencia. Al principio, Fernández ensayó el método de la negación. En las redes sociales cada tanto le recuerdan los datos falsos que sus encargados de campaña le suministraron a C5N, el único medio que proclamó a Aníbal ganador durante “cinco minutos”.