No creo, como sostuvo el domingo pasado Jorge Lanata, que Cristina sea “una pobre vieja enferma”. Tampoco comparto la idea de que la historia la debería recordar como “la mierda que fue”. Esos insultos sirven nada más que para justificar las agresiones verbales de algunos militantes del Frente para la Victoria contra quienes denunciamos la corrupción y el relato mentiroso de los gobiernos kirchneristas.