A casi un año de asumir la presidencia, y después de haber tomado decisiones erróneas, Mauricio Macri debería estar muy satisfecho con el porcentaje de aceptación del que goza. Según Jaime Durán Barba, cualquier otro jefe de Estado latinoamericano, luego de la determinación de devaluar y aumentar las tarifas sin audiencia pública, y en medio de la recesión con inflación, estaría en el peor de los mundos. Un “inframundo” parecido, por ejemplo, al de Dilma Rousseff, quien después implementar el ajustazo no recuperó su popularidad.