No hay una sola manera de hacer una entrevista a un presidente. Y mucho menos si es el presidente de la Argentina, un país donde la grieta y los especialistas en hablar sin saber dominan cualquier discusión, sin importar los argumentos. No hay una sola manera de hacerle una entrevista a un presidente, y menos si ese reportaje es para la televisión abierta, un medio que tiene reglas propias, en donde un gesto o una inflexión de voz pueden significar cosas muy diversas y contradictorias.