Hay muchas clases de periodistas, pero los que menos respeto merecen son los que temen las fricciones con el poder de turno. Como escribió Tom Wolfe: “Los que no tienen lo que hay que tener”. Por supuesto: no tuvo el mismo costo denunciar antes a Néstor Kirchner, Cristina Fernández, sus ministros y sus empresarios amigos que hacerlo en la actualidad. Cristina enviaba a la AFIP y ordenaba el quite de la publicidad a los medios y periodistas críticos. Además mandaba a llamar a los dueños de los diarios, las radios y los canales para pedir la cabeza de los colegas que la criticaban e investigaban.