(Columna publicada en Diario El Cronista Comercial) Hugo Moyano no está preocupado por la suba del dólar, el regreso del FMI a la Argentina ni la pérdida del poder adquisitivo de los choferes de los camiones después de dos semanas turbulentas. Intuitivo como es, Moyano está nervioso porque comprendió que el dique de contención que lo mantenía impune se está empezando a romper, y que quizá no tarde mucho en ser juzgado, condenado, intervenido su sindicato y hasta privado de su propia fortuna personal.