(Columna presentada en Radio Berlín y publicada en Infobae) Hace un mes, Hugo Moyano y Pablo Moyano, estaban a punto de ser detenidos. El fiscal Sebastián Escalera, y el juez Gabriel Vitale, de Lomas de Zamora, iban a meterlos presos por su presunta participación en la asociación ilícita que se había organizado para estafar al club Independiente. Tenían las pruebas y las evidencias que probaban el presunto delito de lavado de dinero. Sin embargo, algo en el medio sucedió, y la orden volvió para atrás.