(Columna publicada en Diario La Nación) Cuando se le pregunta a Mauricio Macri cómo le dan las encuestas, él responde, aparentemente despreocupado: “Estamos empatados”. Habla de una paridad, por supuesto, con Cristina Kirchner. Ella, dicho sea de paso, ha logrado instalar, desde La Habana, con la ayuda de Eduardo Valdés -el hombre que hace las veces de su mayordomo político, en lugar de Oscar Parrilli- la desconcertante hipótesis de que quizá no compita, afectada por la supuesta persecución a su hija Florencia.