Pocas veces he recibido tanto llamados de colegas y de ciudadanos de a pie para felicitarme por la nota que hicimos con el excontador arrepentido de la familia Kirchner, Víctor Manzanares. Lo dije y lo repito: el primer mérito es de nuestro compañero, Hugo Macchiavelli, quien generó, después de esfuerzo, las condiciones de mínima confianza para concretar el encuentro.