Hay que quedarse en casa y pagar impuestos. Todos los empresarios deberían evitar los despidos y sacar dinero del propio bolsillo para pagar los salarios, mientras evitan la quiebra. Pero a la clase política rentada, parafraseando al propio Presidente, también le tocó la hora de perder algo, y ponerlo al servicio del resto. ¿Un veinte por ciento de sus ingresos y de los gastos administrativos? Si.