A punto de cumplir sus primeros 100 días de gobierno, el Presidente parece estresado. Por momentos, atrapado sin salida, como el título de la vieja película protagonizada por Jack Nicholson. A las heladeras todavía no las puede llenar, el consumo no arranca y las condiciones de la economía, nacional e internacional, son muy desalentadoras. Para colmo, Cristina Fernández y sus soldados del soviet, al borde de la irresponsabilidad, lo presionan hasta límites insospechados.