El despido de Alejandro Vanoli de la ANSES, la reacción tardía para quitarse de encima el mote de “sacapresos” y la muletilla de echarle la culpa a los medios y las redes sociales cada vez que las papas queman, demuestran que el gobierno nacional está en su peor momento desde que se declaró la pandemia. Fortalecido y con una altísima adhesión al declarar, en tiempo y forma, el aislamiento social obligatorio -una de las cuarentenas que, hasta ahora, se ha demostrado como una de las más eficaces del mundo- la administración se empezó a complicar cada día más a la hora de instrumentar medidas concretas.