¿Hacia dónde se dirige el Presidente?

Hasta hace una semana, el Presidente era uno. Atravesado por la correcta decisión de implantar el aislamiento y la cuarentena, se mostraba enérgico y ecuánime, por encima de la grieta. Entonces algo pasó. Algo “le pasó”. Porque a partir de ese momento empezó a repetir consignas propias de un discurso agresivo, anti productivo y anti empresario. Si los cacelorazos no le afectaron, como explicó en los últimos reportajes, mucho, no se notó.

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