Hay muchas e interesantes lecturas para hacer sobre el fallo de la Corte de ayer. Pero una de las más urgentes es que la agenda personal y mezquina de Cristina Fernández la hace chocar contra la pared, daña al gobierno y también al país. Si cualquier observador neutral se detuviera en las cifras de la pandemia y la economía de la Argentina se preguntaría, con razón “¿Por qué el Poder Ejecutivo tiene tanta urgencia en inmiscuirse en asuntos del sistema judicial en el medio de una constante devaluación de la moneda, el aumento de la pobreza, la desocupación y cuando el país se encamina a la cima de las naciones con más muertos y contagiados por Covid-19?”.