Ahora que el presidente Alberto Fernández mandó al psicólogo a un colega porque le comentó que tenía miedo por el crecimiento y la violencia de los casos de inseguridad y Máximo Kirchner criticó a Mario Negri porque hizo lo mismo con unos cuentos diputados del oficialismo, voy a detenerme en las críticas recibidas por haber titulado mi comentario del 26 de octubre pasado: “A Cristina le vendría bien un buen psicoanalista”.