Mañana se cumplirán diez días sin ministro de justicia. El presidente todavía no lo nombró, porque está buscando la figura adecuada para que le responda exclusivamente a él, y al mismo tiempo no enoje ni a Cristina Fernández ni al Instituto Patria. El hombre o la mujer que asuma tendrán que ser de amianto. Porque desde el momento en que se firme su designación empezará a recibir las presiones y el fuego cruzado de gente de temer.