El 17 de julio de 2008, horas después de que el senador nacional Julio Cobos pronunciara la histórica frase “mi voto no es positivo” el entonces jefe de gabinete, Alberto Fernández, tuvo que llamar al presidente de Brasil, Luiz Inacio Lula Da Silva, para que convenciera a su par, Cristina Fernández, de que no era necesario renunciar por haber perdido la batalla de la 125. Esa madrugada Alberto Fernández quedó muy impresionando. Tanto, que fue entonces cuando empezó a pensar en preparar su retirada del gobierno, desplazamiento que se produciría menos de una semana después.