El desaguisado que involucra al casi desconocido subsecretario de Energía Federico Basualdo, el ministro de Economía, Martín Guzmán, a la vicepresidenta, Cristina Fernández y al propio presidente, Alberto Fernández, va a terminar mal. La única duda es si será más o menos mal o muy mal, entendiendo por muy mal desde la caída de los activos hasta una disparada del dólar que precipite una nueva devaluación.