Todavía no se apagaron los ecos del papelón del jueves cuando Alberto ya estaba protagonizando otro. En efecto, aunque todavía el candidato del partido Perú libre, Pedro Castillo, no fue proclamado oficialmente presidente, Fernández lo llamó para felicitarlo, y como si eso fuera poco, lo publicó en su cuenta de Twitter. Uno esperaba que después de semejante desaguisado con el tema de los brasileños, los mexicanos, y los argentinos que descienden de los barcos, el presidente se hubiera replegado en un prudente silencio. Pero no.