Las almas bellas, como las define el analista Jorge Fernández Díaz, creen que comparar Argentina con Venezuela es una exageración. Que eso nunca sucederá, desde el punto de vista económico, porque el motor de la economía argentina es el campo, y está dentro del sector privado. Y lo que hacía crecer a Venezuela era el petróleo, que, como se sabe, viene sucumbiendo en manos del Estado.