Una de dos: o viven en otro planeta o no les importa nada y se nos ríen en la cara. Si no, no se explica por qué el Presidente sigue desafiando al Poder Judicial y manda a decir que no cometió ningún delito- como si él mismo fuera su propio juez-; tampoco se entiende por qué Luis D´elía festeja su primer día de libertad ambulatoria con el corte de una tobillera electrónica; y menos se comprende por qué Juan Pablo el Pata Medina, condenado por extorsión y lavado, desobedece a los magistrados y encabeza un acto aunque tiene prohibido participar de cualquier actividad sindical.