Hoy, en La Nación, Claudio Jacquelín abordó, con elegancia, uno de los pequeños grandes mitos de la política argentina: el verdadero papel de Máximo Kirchner en la toma de decisiones del gobierno y los asuntos del país. La real influencia que ejerce sobre su madre, la jefa del kirchnerismo derrotado. Le puso, a su columna, un título sugestivo: “La empresa Demoliciones Máximo dinamita, pero no construye”.