(Columna publicada en El Observador el 21 de enero de 2024) La ministra de Capital Humano, Sandra Pettovello, todavía no tiene caja chica. Si ella o sus colaboradores quieren café, se lo tienen que ir a comprar. Este fin de semana, alguien le preguntó, mitad en broma, mitad en serio, si podía ir a visitarla con un kilo de café de regalo. Pettovello le dijo que serían bien recibido. “Ambos”. Es decir: el visitante, y el café también. “Es que no hay plata” le explicó. Ni siquiera para pintar un par de paredes descascaradas que ya no dan para más.