(Columna presentada en Infobae y publicada en Infobae) Cómo sacarse a Cristina Fernández de encima sin perder los votos de sus seguidores. Cómo esmerilar al Gobierno sin que su acción sea interpretada como un intento de golpe de Estado o ansiedad por volver al poder.

Eso discuten los líderes del peronismo denominado racional en infinidades de encuentros secretos.

Sergio Massa y Miguel Ángel Pichetto llevan la voz cantante. Pero gobernadores como Juan Schiaretti, Sergio Uñac, el exgobernador José Manuel de la Sota, la diputada Graciela Camaño y su colega Diego Bossio también tienen voz y voto en el Plan Maestro Volver 2019.

Massa estuvo a punto de romper el silencio. Después de analizarlo detenidamente concluyó que no tenía nada para ganar y mucho para perder.


Su intención de voto va creciendo sin prisa y sin pausa. Y sin necesidad de hacer declaraciones públicas. Le pasa lo mismo que a la expresidenta. Su imagen sube cuando su voz no se escucha. Es porque disminuye el prejuicio que existe sobre sus intenciones.

Mauricio Macri le hizo mucho daño cuando le endilgó el mote de "ventajita". Y ahora lo responsabiliza por la aprobación de la ley que tuvo que vetar.

En el Gobierno tienen apuntados no solo a Massa, sino también a Pichetto. Lo consideran un exaliado.

Su intención de embadurnarlo para que se pronuncie a favor de los fueros para Cristina apunta precisamente a hacerle daño político. No se necesita demasiada imaginación. Pichetto no solo reivindica los fueros, sino también a Carlos Menem, considerado responsable de varios delitos, como uno de los mejores presidentes desde 1983 hasta la fecha.

Pero tanto el senador por Río Negro como el líder de 1País imaginan mil y una variantes para sacarse a Cristina de encima.

Una es lograr que las elecciones a intendente en la provincia sucedan en una fecha distinta a las nacionales. Es para que la boleta de los jefes comunales vaya separada de la de los candidatos a presidente y gobernador. Sin embargo, no tienen mayoría parlamentaria para lograrlo.

Otra es ir a una gran PASO que incluya a la exjefa de Estado. A matar o morir. Pero la jefa de Unidad Ciudadana no come vidrio y es muy difícil que acepte, si sospecha que puede no ganar.

La tercera es incluir a Juan Manuel Urtubey y Florencio Randazzo para competir en esa gran interna abierta y así darle más volumen y densidad. Sin embargo saben que 2019 depende, además de todo eso, del grado de deterioro de la economía y el descontento con el gobierno de Macri.

Tienen seis meses de recesión y de alta inflación para aprovecharlo antes de que se empiecen a lanzar las candidaturas.