(Columna presentada en Radio Berlín y publicada en Infobae) Miguel Pichetto, que de estas cosas sabe mucho, lo anticipó ayer, y todavía nadie se atrevió a contradecirlo: Cristina Fernández será candidata a presidenta, y competirá contra Mauricio Macri, si es que nada raro sucede.
Su lógica es impecable. Primero, no hay otro dirigente de la oposición que junte tantos votos como ella. Segundo, como bien recordó Rosendo Fraga ayer, Cristina mandó a instalar "células" de Unidad Ciudadana en todo el país. En tercer lugar, la ex jefa de Estado tiene el mayor de los incentivos para volver a pelear en el barro: evitar que tanto ella como sus hijos vayan a la cárcel, acusados de perpetrar actos de corrupción y de fraguar documentos para ocultar la ruta del dinero malhabido.
La bomba de humo de la instalación como candidatos del espacio de Felipe Solá y de Agustín Rossi ya se está disipando. Ni uno ni otro tienen con qué empezar. Solá, porque antes de cualquier propuesta que pueda poner a consideración, será estigmatizado como un veleta. Rossi, porque no despierta entusiasmo y porque, además, Elisa Carrió empezó a investigarlo para determinar qué papel jugó en el enriquecimiento de su hermano y el crecimiento de su empresa de transporte.
Pero Cristina Fernández, además de los motivos precedentes, tiene otro muy potente para convertirse en candidata a presidenta, por más que pierda: evitar que cualquier otro aspirante del peronismo no kirchnerista se lleve el premio mayor. Ella sabe que, a cada uno de ellos, le hizo tanto daño como el que pudo, y que tarde o temprano le devolverán el favor.
El propio Pichetto, pero también Sergio Massa, Juan Schiaretti, Juan Manuel Urtubey, Juan Manuel De la Sota y Florencio Randazzo están anotados en primera fila. Incluso Roberto Lavagna, el hombre a quienes muchos ven como el candidato ideal para competir en las PASO, tiene cuentas pendientes con la familia Kirchner, derivadas de los carpetazos que le tiraron antes y después de su paso como ministro de Economía del gobierno de Néstor.
¿Podrá Cristina hacer una buena campaña con tantos juicios abiertos en los que aparece procesada como jefa de asociación ilícita, receptora de coimas y cómplice de lavado de dinero? Solo si el dólar vuelve a descontrolarse y la economía se deteriora todavía más.