(Columna publicada en Diario El Cronista Comercial) El Presidente no lo va a repetir en público, porque su pensamiento, puesto en palabras, podría ser considerado una intromisión del Poder Ejecutivo al Poder Judicial.
Sin embargo, en las últimas horas, se lo dejó bien en claro a los ministros que se lo preguntaron. Macri está más cerca de la posición de Elisa Carrió y los dirigentes puros de "Pro". Es decir: si estuviera sentado en la banca de senador, pediría a viva voz el desafuero de Cristina Fernández, porque está convencido de que ella está seria y directamente involucrada en el sistema de recaudación de dinero negro que se detalla en la causa denominada Los cuadernos de la corrupción K.
El jefe de Estado está a la expectativa de lo que decida el jefe del bloque peronista de senadores, Miguel Angel Pichetto. Fuentes de esa fuerza anticiparon que iban a permitir el allanamiento al departamento de Cristina Fernández, pero no a sus oficinas del Parlamento. Mientras tanto, analizan si seguir con la "doctrina Pichetto" que consiste en quitar los fueros a los senadores solo contra una sentencia judicial firme o desaforarla, teniendo en cuenta las evidencias y las pruebas recolectadas por el juzgado.
Cerca del líder de Frente Renovador, Sergio Massa, sostienen que este caso tiene dos particularidades que hacen a la ex jefa de Estado indefendible. Incluso para quienes la sostuvieron hasta acá. Una: que ya no se trata de empresarios del sistema K, sino que incluye a hombres de negocios de vínculos con el actual gobierno, como el ostensible caso de Javier Sánchez Caballero, ex ejecutivo de IECSA, cuando esa firma estaba a cargo de Angelo Calcaterra, el primo del Presidente. La otra particularidad: que una cosa es no quitarle los fueros en causas que pueden ser interpretadas como decisiones políticas, desde el tráfico de armas a Ecuador hasta el memorándum de entendimiento con Irán, y otra, protegerla en un juicio donde ella aparece como la jefa de una asociación ilícita
organizada para recibir dinero negro de las empresas a que favoreció con contratos.
Le preguntaron a Macri por qué alentaría el desafuero de Cristina Fernández, si su presunta condena, prisión e inhabilitación podría impedirle ser candidata a presidenta, y hacerle más transitable su arduo camino a la reelección. Quienes hablaron con él entendieron que su verdadero proyecto político y dejar que salga a la superficie todos los grandes temas que durante años fueron tabú, y que atraviesan a la Argentina de manera transversal: desde la interrupción del embarazo hasta que la justicia trabaje sin presiones para investigar y eventualmente condenar a los recaudadores de dinero negro y quienes pagaron las coimas.
Se lo dijo a un importante colaborador, palabra más, palabra menos: "Me preocupa menos la estrategia electoral que el déficit y la inflación. Porque el déficit y la inflación son los socios ideales de la corrupción política. Con déficit y con inflación es más fácil afanar, en la obra pública y en todos los negocios vinculados con el Estado. En cambio sin déficit y sin inflación, los empresarios que yo conozco desde que era un chico, les va a costar más competir, y dibujar los números, y arreglar contratos a través de aportes o de coimas".
Cada vez que unos pocos que se atreven a recordarle que nada más y nada menos que su padre, Franco Macri, construyó la mayor parte de su fortuna de esa manera, él lo admite y sugiere que los cuadernos de la corrupción K deberían servir, también, para terminar con una época y empezar otra de mayor transparencia y eficiencia. Y sobre los aportantes truchos de la última campaña de Cambiemos en la provincia de Buenos Aires, el jefe de Estado escuchó a sus asesores y alentó la presentación de una nueva ley tendiente a evitar que el dinero de la recaudación sea adjudicado a gente que ni siquiera estaba avisada.
A Macri le importa saber cómo terminará la saga de la causa que investigan Carlos Stornelli y Claudio Bonadio. Estará atento a cómo reacciona lo que él considera "el sistema" un enorme grupo de dirigentes de casi todas las fuerzas, incluida Cambiemos, empresarios, sindicalistas y otros influyentes, quienes alentaron la utilización del dinero negro como el lubricante ideal para hacer política y ganar elecciones.
El otro tema que le preocupa es la aprobación del presupuesto nacional. Opina que ni no sale, el mundo seguirá viendo a la Argentina como un país muy poco confiable.
También lo desvela la guerra comercial entre los Estados Unidos y China. "Cada vez que hay un ruido entre Trump y XI Jinping sube el precio del barril de petróleo y nos desbarajusta toda la economía". Los hombres del Presidente revelaron que Macri habla bastante seguido con su par chino para pedirle que mantengan las cosas más o menos estables. Y que su colega le habría dicho que le encantaría, pero que no depende de él, sino del humor diario del Presidente de los Estados Unidos.