(Columna presentada en Radio Berlín y publicada en Infobae) Cambiemos y el Gobierno ya están en sintonía electoral. Recuperada la iniciativa política, el presidente Mauricio Macri y su equipo quieren aprovechar el envión anímico del G20 para instalar en la agenda pública discusiones que atraviesan a todo el padrón en condiciones de votar, como el hartazgo por la inseguridad y la apropiación de la calle por parte de los violentos y prepotentes.
El fallo que dictaminó que el artesano Santiago Maldonado murió solo y ahogado, sin agresiones ni violencia, y que la suya no fue una desaparición forzada, fue un aliciente. Los resultados de la seguridad del G20 fue otro, todavía más inspirador, si se lo compara con lo que sucedió el pasado sábado 24 de noviembre en los alrededores del monumental de Núñez.
No es un capricho personal lo que le hizo anunciar a la ministra de Seguridad Patricia Bullrich los cambios en la reglamentación sobre cuándo un policía estaría en condiciones de dispararle a un presunto delincuente. Es una decisión estratégica que involucra al jefe de Estado.
Lo mismo puede decirse del proyecto de ley para combatir a las barras bravas. La irrupción de Elisa Carrió, en abierta oposición a la medida, considerándola un impulso fascista, mete ruido en la coalición oficial, pero no sorprendió al jefe de Estado.
Incluso hay quienes piensan, dentro y fuera del gobierno, que Carrió es un político elemento indispensable. Algo así como lo que representaba Carlos Chacho Álvarez en la fracasada Alianza, pero con una diferencia fundamental: ni Lilita se quiere ir de donde está ni el Presidente desea que rompa nada. Dicen que ahora Jaime Durán Barba acepta que se puede ganar una elección aun con la economía real en crisis, y con bajas expectativas respecto de su recuperación.
Los que lo conocen sostienen que el consultor plantea una idea un tanto diferente. Un cambio cultural profundo, que incluye desde la seguridad hasta la manera de enfrentar los problemas y de solucionarlos.
Durán no se cansa de repetir que los argentinos están un paso más adelante que su clase dirigente y que es muy difícil que, en su gran mayoría, tomen la decisión de volver al pasado. Tampoco se cansa de repetir que no es él quien infla a la figura de la ex presidenta Cristina Kirchner para transformarla en la adversaria directa del Presidente y que Cambiemos gane ora vez en segunda vuelta. "Los que dicen que la van a volver a votar están muy agradecidos porque, de alguna manera, creen que ella les cambió la vida para bien", argumenta el ecuatoriano.
En las próximas horas Durán Barba expondrá ante las principales figuras de Cambiemos las claves para sumergirse en una campaña electoral que ya comenzó.