(Columna presentada en CNN Radio y publicada en Infobae) Sergio Massa está atrapado entre la urgencia de que su tropa no lo abandone y su futuro como candidato a presidente en el año 2023. Si elige la primera opción, es decir, cualquier tipo de acuerdo con Cristina Fernández y Alberto Fernández, habrá dañado su carrera política de manera casi irreversible. Eso sí: la mayoría de los intendentes de la provincia de Buenos Aires y los candidatos a listas de diputados nacionales, y a legisladores provinciales, se lo agradecerán, porque dejarán de estar a la intemperie.
Es decir: irán colgados de la boleta Alberto Presidente, Cristina vice, Axel Kicillof gobernador, Verónica Magario vicegobernadora. Entonces el ex intendente de Tigre suspirará aliviado, porque la base de sus dirigentes dejará de presionarlo. Y posiblemente hasta se dé el lujo de no ser candidato a nada, a la espera de tiempos mejores. Eso sí: al mismo tiempo será repudiado por más del 70 por ciento de su propia base electoral, que es antikirchnerista, aunque tampoco comulgue con el presidente Mauricio Macri.
Pero si elige la segunda opción, esto es: sumarse a una colectora en la provincia con María Eugenia Vidal como candidata a gobernadora en la boleta, el kirchnerismo, y parte del peronismo, lo volverá a llamar traidor y lo perseguirá hasta el final de los días. Eso sí: será una buena base para construir futuro político, porque a partir del mes de diciembre, será colocado en la lista de los presidenciables para 2023, junto con Vidal, si gana, y Horacio Rodríguez Larreta, el jefe de gobierno de la Ciudad.
Es más: si el acuerdo que logre es suficientemente inteligente, es probable que el líder del Frente Renovador siga teniendo la libertad de criticar con fuerza tanto a Cristina como a Macri, y de continuar planteando la idea de que hay una alternativa mejor, una opción a la que tarde o temprano terminará encabezando como candidato a Presidente. Incluso podría obtener una yapa: la posibilidad de que el candidato a intendente de Cambiemos en Tigre, Segundos Cernadas, se baje de buena manera para darle a Julio Zamora le posibilidad de ser reelecto sin ningún inconveniente, y que Massa no pierda en su propio territorio.
La opción de acordar con Cristina sería alentada por sus amigos empresarios, que vislumbran a Macri como el responsable de todos sus males. La de hacerlo con Vidal entusiasma a su madrina política, Graciela Caamaño, que estaría dispuesta a abandonarlo si Sergio se marcha con Cristina. Massa deshoja la margarita, pero en el fondo sabe que no habrá solución ideal. Y también sabe que un acuerdo con Cristina y con Alberto puede durar menos de lo que tarda un suspiro.