(Columna presentada por Luis Majul en el programa 4Días) A días del trapaso presidencial, Alberto Fernández me confesó que ya tiene a su ministro de Economía. No lo está pensando, sino que ya lo decidió. Y que esa persona ya lo sabe. En esa charla me dijo que "cualquiera que suponga que estoy improvisando, se va a llevar una gran sorpresa".
Entonces, ¿por qué se demora tanto en anunciarlo? Por dos razones: la primera es que "no quiere que, a fuerza de interpretaciones antojadizas, el mercado se lleve puesto al Ministro de Economía antes de asumir". Además, que el gobierno de Macri, incluidos Hernán Lacunza y Guido Sandleris, puede tomar hasta el 27 de noviembre decisiones que podrían complicarle la negociación por la deuda.
El presidente electo afirma que lo van a juzgar, primero, por cómo negocie la deuda, porque de eso depende que la economía arranque. Después, lo van a evaluar por el alcance del plan contra el hambre.
Alberto explicó que tampoco quiere dar a conocer ni confirmar a cada uno de los miembros del Gabinete por lo que le pasó con Guillermo Nielsen y Martín Guzmán. Con el primero ocurrió que, como es un experto en el tema deuda y lo llaman de todo el mundo, los medios levantan sus declaraciones como si fueran avaladas por el nuevo gobierno. Lo mismo que sucede con Guzmán.
¿Ni Nielsen ni Guzmán van a ser sus ministros de Economía?
Cuenta Alberto Fernández que le explicó a la titular del FMI, Kristalina Georgieva, lo que quería hacer con la deuda y que quedó muy satisfecho por dos razones. Primero, porque creyó entender que el Fondo aceptaría trabajar sobre el plan que le va a proponer Alberto. En tanto, la jefa del organismo le habría dicho que la prioridad, además de cobrar, es terminar con el hambre en la Argentina.
Por otra parte, afirma que no le importa nada que se dé a entender que la que manda es Cristina y no él. Es más, me dijo: "Como no soy inseguro, no me importa que me vean como un títere porque me basta mirarme al espejo para entender que no lo soy”.
Si fuera cierto que Cristina hizo uso y abuso de su derecho a veto, habría una decena de ministros y secretarios que estarán en el gabinete y que nunca serían nombrados. Se guardó los nombres y los apellidos, pero bien podrían ser: Gustavo Béliz, Vilma Ibarra, María Eugenia Bielsa, Marcela Losardo y Santiago Cafiero, entre otros.