Alberto Fernández y su vicepresidenta tienen dos agendas paralelas. El Presidente necesita con urgencia cerrar el tema de la deuda y encender la economía. Y Cristina insiste con sus dos obsesiones: los fiscales y los jueces que la procesaron en graves causas de corrupción y los medios y periodistas.

En especial los medios y los periodistas a los que nunca pudo terminar de doblegar (En estos días, hay intentos desesperados para silenciar a algunos). A veces, esas agendas se chocan, como cuando los muchachos de Cristina hablan de presos políticos. O cuando pretenden intervenir la provincia de Jujuy. Otras veces, coinciden, como en el caso del escandaloso aumento de las retenciones, la intervención de la AFI y como escribió Carlos Pagni, la falsa coartada del lawfare.

Los analistas de opinión parecen un tanto confundidos. ¿Alberto y Cristina piensan distinto o piensan igual? ¿Una hace de policía mala y otro de policía bueno? En el medio de los dos, pero un poco más cerca del Presidente, aparece Sergio Massa. Massa opina que Alberto Fernández no fue lo suficientemente duro al hablar de la herencia recibida. Que tendría que haber denunciado, por ejemplo, a la lista de centenares de gerentes del gobierno anterior que pretenden cobrar doble indemnización con sueldos de cerca de un millón de pesos.

Que lo que no le achaque a la responsabilidad de Macri ahora mismo lo tendrá que asumir él. Massa también insiste en una idea inquietante: si al presidente no le va bien, si la economía no se enciende rápido, no habrá futuro para nadie. Y la Argentina terminará pidiendo un Jair Bolsonaro. Es decir: un antisistema. El Frente de Todos no cruje, pero está en plena ebullición.

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El anterior fue el texto completo de la columna de opinión que Luis Majul presentó en CNN Radio, a partir de una nueva sección: "Una idea en 3 minutos".

A continuación el audio: