Ayer, Jorge Asís, dio por sentado que el gobierno estaba loteado. No sé a vos, pero a mí me preocupó, y mucho. ¿Qué significa esto? ¿Que cada facción, dentro del gobierno, hace lo que quiere? ¿Qué por ejemplo, la facción que lidera la vicepresidenta Cristina Fernández y que impulsa La Cámpora, tiene un dirigente en cada espacio del gobierno donde se puede ejercer el poder político y manejar dinero del Estado?
Porque si la hipótesis de Asís es cierta, en el medio de problemas gravísimos como el coronavirus, la negociación por la deuda, la economía que no arranca, la recesión y la inflación que todavía no termina de ceder, estaríamos en el peor de los mundos. También dijo Asís que el coronavirus, al gobierno lo salvó. Porque hasta ahora no tenía agenda. Porque la agenda, interpretó, se la estaban copando las facciones del gobierno que no pertenecían a su lote.
Al final, el ex embajador artículo quinto, y portador sano del virus del menemismo, intentó tranquilizar un poco a todos. Concluyó que recuperar la agenda, detrás de un tema tan potente como la pandemia que aterroriza al mundo, es, al fin y al cabo una buena noticia. Esperemos que Asís esté equivocado del principio hasta el final. Porque los argentinos no le perdonarían a Cristina ni su soviet que, en el medio de semejante desbarajuste, estén pensando solamente en ellos. Esperemos también que nadie intente esmerilar al Presidente.