Estas son las preguntas claves para responder si la oferta del gobierno argentino a los acreedores será un éxito o un fracaso.

Primero: ¿De verdad es un tómelo o déjelo? Lo que empezó ayer es un juego donde nadie termina de mostrar las cartas. La mayoría de los bonistas privados creen insuficiente la propuesta de una quita en los intereses del 62 por ciento y una demora en el primer pago de tres años. Trascendió que Guzmán habló con los cuatros principales fondos de inversión de Wall Street: BlackRock, Greylok, Pimco y Fidelity. El minstro les anticipó: “No hay otra propuesta de pago. Es la primera y la última”. Pero casi todos piensan que solo se trata de un amague. Hay un mes casi completo para saber quién tiene razón. Guzmán admitió ayer que los bonistas no están aceptando su oferta.

Dos: ¿Qué pasará el próximo miércoles, 22 de abril? Ese día vence una cuota de 500 millones de dólares de un bono global. El ministro apuesta a no tener que pagarlo y meterlo en el paquete de la deuda que empezaría a abonar dentro de tres años. Sería una señal en un sentido o en otro.

Tres: ¿Ya asomaron la nariz los fondos buitre? El gobierno necesita una aceptación de entre el 66 y el 75 por ciento para no entrar en default. En este contexto, con el riesgo país en casi 4.000 puntos y con una propuesta tan agresiva, algunos analistas financieros creen que los denominados fondos buitres ya pudieron haber comprado bonos de la deuda argentina.

Los fondos buitre o litigiosos compran deuda cuando está muy barata para ganar mucho más después, con las sentencias de los juicios en los tribunales de Nueva York.

La foto de ayer del Presidente junto a Cristina Fernández, Sergio Massa y los más importantes gobernadores de la oposición es una buena señal política. Pero no es suficiente para convencer a los acreedores. El pedido de Guzmán al mundo para que el Fondo condone la deuda de los países “no tan pobres” como la Argentina, porque la pandemia así lo pide, es loable, pero de difícil concreción. Si al final Argentina entra en default esa puede ser la peor de las noticias. Casi tan letal como el coronavirus. Porque el país no tendrá ni un peso de crédito para financiar el inicio de su recuperación económica, luego del derrumbe.

link al audio del comentario de Luis Majul en CNN radio: