¿Para qué Cristina, Máximo y Heller quieren cobrar un impuesto extraordinario a las 12 mil personas que tienen un patrimonio desde 3 millones de dólares para arriba? ¿De dónde sacaron el excell para contarles las costillas a los más ricos? ¿Violaron el secreto fiscal o es un cálculo “a ojo”, como el que está haciendo la ANSES para rechazar, con argumentos desopilantes, a los legítimos pedidos de quienes están habilitados para cobrar el Ingreso Familiar de Emergencia (EFI) de 10 mil pesos?
¿Sabías que, según sus declaraciones juradas, Máximo y Florencia Kirchner deberían pagar el impuesto, porque poseen, cada uno de ellos, una fortuna de casi 3 millones y medio de dólares? La manera en que los hijos de Néstor y Cristina acumularon su riqueza ¿será extensiva a una buena parte de esos ricos muy ricos? Es decir ¿cuántos de los 12 mil argentinos más ricos lo son porque heredaron la fortuna de sus padres? ¿Cuántos porque trabajaron desde pequeños, se supieron autoabastecer, crecieron, fundaron una empresa y ayudaron a generar empleo? ¿Cuántos son megamultimillinarios? ¿Cuántos dueños de una PYME que hoy no puede pagar salarios en tiempo y forma o está al borde de la quiebra?
¿Representan lo mismo, para la economía de un país, un heredero, alguien que se hizo a sí mismo y hoy da trabajo a decenas de personas, el dueño del Grupo Techint o un cuevero que está lleno de plata, pero en negro? ¿Sabías que todos ellos, por lo menos los que están en blanco, van a seguir pagando, además de este tributo compulsivo y extraordinario, impuesto a los bienes personales, lo que implica una duplicación del pago que muchos consideran inconstitucional? Y ya que estamos ¿sabías que los mismos que impulsan el impuesto a los más ricos se niegan terminantemente a ajustarse sus dietas, las de sus asesores, los gastos de funcionamiento, auto y chofer incluido, pasajes de avión y viajes al exterior, los mismos viajes que muchos dueños de empresas no pueden hacer porque están todo el día trabajando?
Tiene razón el expresidente de Uruguay, Pepe Mugica: cuando se pide un sacrificio extraordinario, desde la política, la caridad bien entendida debería empezar por casa. Por eso estaría bien recordar, a todos los que creen que están haciendo justicia a lo Robin Hood. Señores con un master en el sistema político: empiecen por meter la mano en su bolsillo. Así van a resultar un poquito más creíbles.
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