Si Hermes Binner fuera presidente no haría borrón y cuenta nueva. Es más: sostendría las principales decisiones de gestión que le permitieron a Cristina Fernández ganar las elecciones primarias de manera contundente. El candidato de la oposición con más expectativas de crecimiento electoral me lo dijo con sinceridad en una entrevista radial de casi veinte minutos, aunque algunas de las preguntas parecieron tomarlo por sorpresa. El gobernador de Santa Fe mantendría la asignación universal por hijo. Incluso la extendería y aumentaría su monto, aunque no aclaró a cuánto. También revisaría cada uno de los demás planes sociales para evitar superposiciones, clientelismo y gastos superfluos del Estado. Binner no impulsaría el retorno a la jubilación privada, pero tampoco usaría a la Anses para financiar proyectos que no tengan que ver con la tercera edad ni utilizaría los fondos para prestarlos a la Nación.

El candidato aseguró que daría cumplimiento al pago del 82 por ciento móvil, "igual que hicimos con los jubilados en la provincia de Santa Fe", sin dilaciones. También se mostró a favor de la estatización de Aerolíneas Argentinas, aunque cuestionó la gestión oficial. Era un buen punto para explayarse y argumentar. Aerolíneas pierde más de 500 millones de pesos por mes y los sindicatos se están quejando sobre lo que denominan la "camporización del sistema aeronáutico". Los gremialistas aseguran que La Cámpora se hizo cargo de "la caja" que antes se repartían ellos con acuerdo de la Secretaría de Transporte. El conductor de uno de los sindicatos se preguntó de dónde habrán sacado dinero los chicos de La Cámpora para financiar las campañas a intendente en importantes distritos de la provincia de Buenos Aires, como Mercedes.

Binner tampoco anularía el Fútbol para Todos, aunque le pondría límites a la cantidad de partidos que se transmiten por televisión y propiciaría un control directo de los fondos que reciben los clubes, dijo.

Cuando le pregunté cuáles eran las verdaderas diferencias de fondo que tenía con este gobierno, el candidato del Frente Amplio citó, como una de las más importantes, la manipulación de las cifras del Indec. "Todos sabemos que este Indec nos miente y que la inflación crece cada día más. Nuestro programa tiene políticas de desinflación. No son de shock. Apuntan a llegar a una inflación anual de un dígito en los próximos tres años", explicó. Sin embargo, entendió que no era éste el momento de dar los detalles de cómo lo haría. También le pregunté si usaría las reservas del Banco Central para pagar los intereses de la deuda externa o financiar el consumo. Me respondió de manera genérica que él no creía en un Banco Central con plena autonomía del Poder Ejecutivo.

¿Qué haría Binner con el dólar? Lo mismo que acaba de decir el ministro de Economía, Amado Boudou: administraría una leve suba, como lo viene haciendo hasta ahora. Es decir: no tocaría el tipo de cambio porque le parece que está bien así. ¿Y qué actitud tomaría ante dirigentes sociales como Luis D'Elía o Milagro Sala? Tampoco fue muy taxativo. Sólo aclaró que ambos son "productos de este gobierno", pero que el Frente Amplio "tiene otra forma de construir". Eduardo Duhalde había dicho que si él asumiera Hugo Moyano no llegaría a diciembre al frente de la CGT. Pero Binner, un hombre apegado a las reglas y las leyes, explicó que los únicos que pueden sacar a Moyano son los afiliados de los gremios o la Justicia, si es que se prueban algunos de los delitos que se le imputan. ¿Permitiría el dirigente socialista el corte de rutas y de calles? Tampoco respondió en detalle: "No criminalizaría la protesta social. Trataría de comprender y de sumar". ¿Acordaría la deuda con el Club de París? "Tan pronto como fuera posible. Para ser más creíbles tenemos que cumplir y pagar nuestras deudas." ¿Continuaría girando fondos para construir viviendas a la Fundación Sueños Compartidos de las Madres de Plaza de Mayo? En este punto sí fue muy claro: "No. No lo haría. La responsabilidad de fabricar y financiar viviendas es del Estado. Que los organismos intervengan para controlar cómo se usan los fondos es una cosa, pero transferir esa responsabilidad, por ejemplo, a las Madres, me parece algo incorrecto".

Le pregunté si está de acuerdo con la ley de medios y si modificaría algunos puntos o presentaría otro proyecto de ley. Respondió, otra vez, de manera general. Primero afirmó que, para empezar, la actual ley de medios es mejor que la de la dictadura. Después aclaró que no modificaría todo el proyecto, sino apenas tres puntos. Le pregunté cuáles. Me respondió que no era momento para mencionarlos. Le pregunté entonces si uno era el artículo 61, que ordena a los multimedios desprenderse de licencias en el término de un año. Y tampoco lo especificó. Creo que fue la parte de la entrevista en la que se sintió un poco más incómodo. Al final lo consulté sobre la distribución de la publicidad oficial. Y consideró que había que regularla. Y que la ley que propuso la gobernadora de Tierra del Fuego, Fabiana Ríos, es un buen ejemplo que se podría trasladar a nivel nacional. Ríos reguló la publicidad oficial a través de un decreto. El contenido del proyecto es de avanzada, pero todavía tiene muchos problemas para ser puesto en práctica. En los papeles impone al gobierno límites a la distribución discrecional. También premia a los medios y producciones independientes por nivel de audiencia, calidad de contenidos y cumplimiento de las leyes laborales e impositivas. Además, obliga al Poder Ejecutivo a publicar toda la información no bien se contrata la publicidad.

Binner está lleno de buenas intenciones. Durante su gestión como intendente de Rosario y gobernador de Santa Fe no se conocieron grandes escándalos de corrupción como los que se registran en el gobierno nacional.

Médico especializado en anestesiología y medicina del trabajo, tiene 68 años, cuatro hijos y seis nietos, y no parece el tipo de dirigente que tenga como proyecto enriquecerse de manera personal mientras trabaja, al mismo tiempo, para perpetuarse en el poder. Eso sí: tiene un evidente problema en su forma de comunicar. No responde de manera directa las preguntas concretas y por eso da la sensación de que intenta eludirlas. Como si no quisiera meterse en líos o tuviera miedo de equivocarse con algún dato.

De cualquier manera, me parece por lo menos apresurada la comparación con el ex presidente Fernando de la Rúa, algo que pretenden instalar algunos blogueros K para evitar que Binner le quite algunos votos a la candidata Cristina Fernández de Kirchner.

 

Publicado en La Nación