De acuerdo el nuevo e insostenible relato k, fuga de capitales son los dólares que se van del sistema o el Estado argentino, debido a las mala política económica del gobierno de Macri. Por supuesto, para presentarlo así, tienen que romper todas las estadísticas oficiales e ignorar que durante todos los gobiernos, desde 1983, incluido el de Cristina Fernández, la deuda externa fue aumentando con prisa y sin pausa.

Hoy, en La Nación, Pablo Fernández Blanco publica una nota excelente. Demuestra, por ejemplo, que a la enorme deuda que le dejó al Estado el gobierno de Cristina por el pago a Repsol YPF y el Club de París la tuvo que pagar la administración de Macri. Y que, en términos porcentuales, la deuda de Cristina Fernández creció un poco más que la de Macri, aunque, en el caso de la primera, tardó ocho años en hacerlo, y del segundo solo cuatro. Pero si se lleva al extremo la mirada maniqueísta de quienes contribuyeron a la denominada fuga de capitales por haber tomado o comprado dólares de manera legal o ilegal, se debería volver a recordar la foto de caja fuerte del Banco Galicia con más de 5 millones de dólares que se le descubrió a Florencia Kirchner, hace ya varios años. Con un agravante: en ese momento existía el cepo, y se suponía que nadie podía comprar ni vender dólares de manera legal.