Para un alto porcentaje de argentinos que había votado al Frente de Todos con la nariz tapada porque no le agradaba Cristina Fernández, el momento actual puede ser decepcionante. Porque ya está claro que la vicepresidenta, desde el punto de vista político, y también desde el puro deseo o capricho personal, casi siempre se sale con la suya. No hace falta transformarse en un agudo analista para comprobarlo.

Solo revisar las declaraciones públicas del Presidente desde que asumió hasta hoy. Son las de un líder político acorralado, entre el desafió de la pandemia y la presión de su compañera de fórmula, cada vez más activa, cada día más pretenciosa. También podría resultar decepcionante para los votantes del Frente de Todos, en general, el hecho de que la economía esté en modo “caída libre”. La promesa atávica que dice que con el peronismo la heladera va a estar llena no se estaría cumpliendo. Y la ayuda en la emergencia estaría llegando tarde y mal, atravesada por las necesidades básicas de la pandemia. Quienes trabajan muy cerca del jefe de Estado afirman que el acuerdo por la deuda le dará una segunda oportunidad. Sin embargo, todo parece indicar que, aunque habrá arreglo, estará muy lejos de lo que pretendía el Presidente cuando empezó a negociar. “Se la pasaron repitiendo que preferían ir al default a firmar un mal acuerdo. Usaron a sus voceros para ladrarle a los acreedores. Pero parece que van a firmar un mal acuerdo nomás” me dijo un importante dirigente del Frente de Todos, no cristinista ni tampoco albertista ¿Cristina ya ha vencido a Alberto y ya gobierna si el desgaste de aparecer gobernando? Cuando termine la cuarentena, la respuesta estará más clara.

Columna de Luis Majul en CNN  Radio Argentina