Esta es una historia de espías y apretadores. Si no fuera tan tenebrosa, sería apasionante. Tiene rigurosa actualidad, porque cuando explote, también afectará la causa del supuesto espionaje ilegal que tramite al juez federal de Lomas, Juan Pablo Auge. Escuchá, porque mete miedo.

Facundo Melo, el mismo agente de la AFI que fue detenido y sigue procesado en la causa de supuesto espionaje ilegal, hizo un trabajo raro y sucio para Hugo Moyano, Pablo Moyano y Daniel Llermanos.

Es decir; Melo trabajó, como cómplice de Llermanos, para pulverizar la causa por asociación ilícita contra Independiente, por la que se llegó a pedir la detención de Pablo Moyano.

Es que Melo, además de ser espía, trabajaba de abogado sacapresos.

Y así se convirtió en abogado defensor de un exbarrabrava de independiente, Damián Lagaronne.

Melo primero se sumó a la estrategia de Bebote Alvarez de declarar con pruebas e involucrar a Pablo Moyano.

Pero de un día para el otro se dio vuelta, y lo propuso todo lo contrario.

Lagaronne, que al principio dudó, lo terminó despidiendo después de denunciarlo por coacción y amenazas.

A él, a LLermanos y a otro abogado polémico, muy activo en el Operativo Puf: Victor Hortel.

Te lo cuento rápido y después lo repasamos.

El cuentito es asÍ:

Al mismo tiempo que Melo reportaba para la AFI de Arribas y Majdalani, cumplía las funciones de abogado defensor de uno de los barrabravas, Damián Lagaronne.

¿Ya es bastante raro que un espía de la AFI tengo un segundo laburito ¿no?

No me imagino a un agente del MOSAD defendiendo a un presunto delincuente que se quiere arrepentir.

Bien.

Pero más raro todavía, es que este agente, Melo, haya impulsado primero la estrategia y convencido a su cliente de que debía transformarse en testigo colaborador, y que después, de un día para el otro, lo haya amenazado para que se arrepintiera de arrepentirse.

Voy de nuevo: primero lo asesoró para colaborar como arrepentido. Después lo amenazó, a través de Llermanos, diciéndole que podía pasarle algo a su hija y a su familia si declaraba contra Pablo Moyano.

Eso no lo digo yo.

Está en una causa judicial abierta, que todavía se investiga.

De hecho, a LLermanos, a Melo y a otro abogado que participó en la oscura maniobra, Víctor Hortel, estuvieron a punto de detenerlos, por este hecho, en tres oportunidades.

Hortel es el ex jefe del Servio Penitenciario. El del Vatayón Militante.

El que un día se disfrazó de Hombre Araña.

Vamos por partes.

En sus primeras declaraciones, en el marco de la causa de defraudación contra Independiente, Lagaronne, Bebote Alvarez y otros mencionaron a Pablo Moyano como jefe de la barra y por lo tanto de la organización ilícita.

Lo comprometieron seriamente.

En realidad, todavía está comprometido.

Y hay muy pocos periodistas dispuestos a seguir los trámites de la causa.

Entre esos pocos estamos nosotros.

Por eso nos acusan falsamente y piden nuestra prisión.

Por eso están desesperados por sacarnos de la cancha.

Pero volvamos a la causa de asociación ilícita contra Independiente.

El 9 de octubre de 2018, la Unidad de Coordinación Fiscal pidió la detención de Pablo Moyano.

Esas medidas fueron rechazadas por el juez Silvio Carzoglio, una semana después.

De hecho, nosotros te mostramos los indicios de que Carzoglio se habría encontrado secretamente con Hugo y Pablo Moyano para asegurarle que él les aliviaría la situación procesal.

Pero el 29 de noviembre del mismo año Lagaronne firmó un acuerdo de colaboración con la fiscalía de Sebastián Scalera.

Se iba a transformar en un arrepentido. Iba a comprometer a El Salvaje.

De repente, todo cambió.

Primero, a Lagaronne, lo llamó su abogado, el mismo Facundo Melo, diciendo que iban a cambiar de estrategia.

Después el mismo Melo lo visitó en el penal de Melchor Romero. Y según Lagaronne, lo amenazó. Le dijo, palabra más, palabra menos:

-Hablé con Llermanos. Me mandó a decirte que estas cosas se arreglan en la calle. Que vos tenías una hija y que la tenés que cuidar.

Insisto: esto está en el expediente.

Lagaronne, preso desde hacía meses, se asustó de verdad. Entonces Melo le blanqueó la estrategia. Le dijo, palabra más, palabra menos:

-Ah. Y yo me corro. Tu abogado va a ser el negro Víctir Hortel. Y quédate tranquilo que Hortel te va a sacar de acá, porque tiene amigos en la Casación.

-¿Estás seguo?

-Seguro.

-¿Y que tengo que hacer?

-Firmar un escrito para denunciar al fiscal Scarela. Vas a decir que te presionó para que declares contra Pablo Moyano.

Tan convencido estaba Melo de la estrategia de apriete de LLermanos, que la compartió con el abogado de Bebote Alvarez, Alejandro Pérez.

El audio está en la causa.

El audio lo tenenemos.

No lo ponemos en el aire porque no lo terminamos de procesar.

Melo fue a visitarlo al penal el 4 de diciembre y el 6 de diciembre también.

El 7 de diciembre el que lo volvió a presionar, con otra visita al penal, fue el propio Hortel.

Hortel se fue con el papel manuscrito. El papelito decía que a Lagaronne, Scalera lo había presionado.

Pero Lagaronne no terminaba de confiar.

¿Y qué hizo?

Llamó a los abogados de Bebote. Mejor dicho: a uno de los dos, Alejandro Pérez.

-¿Qué hago? ¿Lo firmo?

- Es una locura. Te van a acusar de falso testimonio. No vas salir más- lo aconsejó Pérez.

Lagaronne le dijo entonces que no iba a hacer ninguna denuncia y que ratificaba su acuerdo como imputado colaborador. Horas después, le revocó el poder a Melo y Hortel y contrató a los abogados Alejandro Pérez y Rubén Resnik.

En la mañana del 10 de diciembre sucedió algo de película.

Porque otro fiscal, llamado Pablo Rossi, pidió la detención de LLermanos, de Melo y de Hortel.

Mientras que cerca de las 8 de la mañana Lagaronne desistía de la denuncia contra Scalera y contrataba a otros abogados, Hortel se dirigía a la sala II de la Cámara Federal de Lomas de Lamora presetando una falsa denuncia y un hábeas corpus contra Scalera.

Repito, para que no te queden dudas.

Lagaronne revocó la representación de Melo y Hortel, contrató a nuevos abogados y declaró en la misma causa que le quisieron hacer cambiar de estrategia bajo coaccion.

Al final, el 13 de diciembre, Lagaronne declaró como imputado colaborador. Y relató a maniobra de amenazas de LLermanos, Melo y Hortel.

La audiencia fue registrada en audio y video.

El audio y el video lo tenemos. Lo vamos a poner en el aire cuando lo terminemos de procesar.

Para que entiendas bien, Llermanos, Hortel y el espía Facundo Melo, el que ahora está metido en la causa del supuesto espionaje ilegal, intentaron sin éxito, bajo amenazas, que Lagaronne se arrepintiera de ser arrepentido.

A partir de ese momento empezó otra película.

Porque otro fiscal, llamado Pablo Rossi, pidió la detención de LLermanos, de Melo y de Hortel.

Los acusó de falsa denuncia y coacción.

El juez de turno, Jorge Lopéz, denegó tanto los pedidos de detención como los allanamientos.

Entonces el fiscal Rossi apeló ante la Sala segunda de la Cámara.

La Cámara anuló la resolución de López.

Pero López, muy activo para evitar las detenciones y los allanamientos, los volvió a denegar.

La Cámara volvió a anular la resolución de López para que se dispusiera la detención del allanamiento de Melo, de LLermanos y de Hortel.

Pero el juez López dictó una tercera resolución denegatoria.

Entonces Rossi volvió a apelar.

Y cuando parecía que finalmente se los detendría, el fiscal federal Enrique Ferrari, desplazó a Rossi de la fiscalía número 8 y puso en su lugar a Sabastián Bisquert, quien no hizo ningún pedido de detención más.

¿Cuándo trasladaron a Pablo Rossi?

Al día siguiente del triunfo del Frente para la Victoria en las PASO.

La causa contra Melo, Llermanos y Hortel sigue abierta.

¿Quienes la tramitan?

El fiscal Sebastián Bisquert y el juez Jorge López.

¿Y qué esperanza hay de que prospere?

Pocas.

En realidad, hay una sola.

Que otros periodistas, además de nosotros, se ocupen del tema.

¿Pero dónde están?