Ya nadie, dentro del peronismo, habla de las próximas elecciones presidenciales del 23 de octubre. Todos -quienes están en el gobierno nacional y quienes pretenden más poder para sus propias aspiraciones- están pensando y peleando por lo mismo: la presidencia para el año 2015. Un peronólogo que trabaja con Daniel Scioli desde antes que asumiera como gobernador en la provincia de Buenos Aires, apuesta todo a que la Presidenta va a intentar perpetuarse en el poder. Y sostiene que lo hará por la vía de una reforma constitucional que incluya el cambio del actual sistema presidencialista a uno parlamentarista, como lo viene planteando Eugenio Raúl Zaffaroni desde mucho antes del escándalo de sus departamentos que se usaban como prostíbulos. “La reforma parlamentarista es la que más cuadra con sus aspiraciones intelectuales e ideológicas. Es muy probable que Ella se vea a sí misma como una primera ministra capaz de manejar a un presidente fusible y a un parlamento cuya mayoría le responda sin fisuras. Si me preguntás a mí, creo que Cristina va a hacer todo lo posible para sucederse a sí misma”, aventuró el viernes antes del mediodía.
El hombre no cree en una salida a lo Lula porque sostiene que la idea del delfín puede funcionar dentro del PT, y en Brasil, pero en el peronismo de la Argentina no tiene ningún destino. “Hagamos un poco de historia. No tenemos la necesidad de ir muy para atrás. Cámpora al gobierno Perón al poder no necesita demasiadas explicaciones. (Eduardo) Duhalde pensó que podía controlar a Néstor Kirchner y mirá como terminó. ¿Vos creés que si Cristina bendice a Boudou Amado le va a garantizar su protección o su retorno para 2019, cuando ella tenga 66 años?”, se preguntó escéptico. Además no dejó de mencionar el progresivo distanciamiento y la diferencias de estilo entre Lula y su sucesora, Dilma Rousseff, quien ya desplazó a cuatro importantes secretarios de Estado sospechados de corrupción. El hombre de Scioli tampoco cree que la Presidenta sea capaz de rendirse ante las evidencias de las encuestas y termine apoyando al gobernador de la provincia de Buenos Aires. En ese caso, no tiene ninguna duda que “Daniel va a dar batalla” y se va a colocar en la primera grilla de los candidatos a presidente para 2015.
Scioli va a dar batalla porque, ahora mismo, es la figura política con mayor imagen positiva después de la de Cristina Fernández. Detrás de él, muy cerca, se ubica Mauricio Macri, cuarta Gabriela Michetti y quinto Miguel del Sel. “Para ser candidato a presidente, en 2015, no va a bastar una buena gestión como la pueden tener (José) De la Sota, (Juan Manual) Urtubey o (José Luis) Gioja. También habrá que tener un alto índice de conocimiento y eso no se fabrica de un día para el otro. Eso es algo que hoy tienen Cristina, Daniel, Mauricio y no muchos más” analizó el peronólogo.
El ministro y candidato Boudou, con la guitarra y la campera de cuero, estaría apostando a eso, con la bendición de la presidenta. Sus incursiones a programas “descontracturados” como el de Nicolás Repetto buscan, más que nada, hacerlo “familiar”. Es decir: a alcanzar un índice de popularidad muy alto, acompañado por un nivel de aceptación cercano al de la Presidenta, para jugar la carta del delfín, en el caso de que la competencia electoral empiece más temprano que tarde. Boudou tiene muchas ventajas comparativas. Es simpático, bien parecido, habla con un lenguaje sencillo y poco pretencioso y lo hace con audacia, en el límite de lo aceptable. También tiene algunas desventajas: estrellas políticas del gobierno como Julio De Vido, Aníbal Fernández y Florencio Randazzo lo están esperando, porque ya comprobaron que su ambición no tiene límites y que no tiene pruritos en pelear por espacios que no le corresponden usando la influencia de su cercanía a la presidenta. ¿Cristina lo deja jugar porque lo considera su sucesor o porque necesita confrontarlo con otros candidatos para tomar Ella la posta en el momento indicado?
Era previsible: con las presidenciales ya ganadas y la interna para el 2015 oficialmente inaugurada, los economistas tienen ahora más trabajo que los encuestadores. ¿Seguirá bajando el precio de la soja? ¿Hasta dónde llegará la devaluación del real? ¿Qué está revelando la enorme fuga de capitales? ¿Aumentará el gobierno las tarifas de luz, de gas y de transporte público o seguirá subsidiando a la clase media y clase media alta para no perder votos en la próxima elección? ¿Cuánto menos se crecerá en 2012? ¿Cuánto menos se consumirá? ¿Hasta cuándo se va a seguir manteniendo el precio del dólar por debajo de la inflación real? Esas son las preguntas cuyas respuestas no pueden esperar hasta 2015.
Publicado en El Cronista