La vicepresidenta se montó en su demanda contra Google para hacernos creer a todos que es una santa y que la justicia protege al expresidente Mauricio Macri aún fuera del poder.

Hay que separar la paja del trigo.

Que en el “panel de conocimiento” de Google haya aparecido al lado del espacio que corresponde al cargo de vicepresidenta “ladrona de la Nación” no está bien.

El motor de búsqueda ya lo ha retirado, por pedido expreso de la expresidenta.

Nosotros somos de la opinión que por ese tipo de cosas, a empresas como Google y Wikipedia les cabe la misma responsabilidad que cualquier medio. Es decir: si reproducen errores o imputaciones no confirmadas, deberían hacerse cargo y responsables de la falta, y pagar por ello.

Pero una cosa es esa y otra plantear la idea de que ella es víctima de una enorme conspiración y que el resto del mundo, que es tan o más culpable que ella, goza de impunidad.

Sencillamente, es mentira: ella está procesada en 11 causas. En cuatro de esas soporta graves cargos de corrupción, ya que se la considera jefa de una asociación ilícita. Por supuesto, Cristina Fernández puede decir cualquier cosa. Y sus operadores políticos, judiciales y periodísticos pueden seguir mintiendo a granel.

La buena noticia es que el sistema democrático, una vez más, a la expresidenta y sus acólitos, les está poniendo un freno.

Columna de Luis Majul en CNN Radio