La verdadera reforma judicial no es el proyecto que presentó el gobierno en un acto oficial. La verdadera es la que hacen Cristina Fernández, Cristóbal López, Oscar Parrilli y Hugo Moyano casi todos los días, presionando a distintos fiscales y jueces, a través de los medios y en forma privada también. La vice quiere voltear, sin demasiado protocolo, a Leopoldo Bruglia, el camarista que le ordenó a la jueza María Servini de Cubría poner un límite a la búsqueda de mensajes en el teléfono de Darío Nieto, quien fuera el secretario privado del expresidente Mauricio Macri.

Parrilli, que es la versión rústica y precaria de Cristina, quiere meter de prepo a los periodistas en la delirante reforma judicial, para que no podamos tener contacto ni con jueces ni con fiscales, no vaya a ser cosa de que descubramos los delitos de sus amigos. Cristóbal y Moyano presionan a diferentes fiscales y jueces a través de C5N, el canal de la venganza. López tiene muchos funcionarios judiciales a quienes apretar: hoy se reinicia el juicio oral que lo acusa de haberse quedado con casi mil millones de dólares de impuestos en complicidad con la AFIP mientras espera que el Senado que controla Cristina apruebe la moratoria que le daría la posibilidad evitar el quiebra de su empresa petrolera e impunidad, porque transformaría en abstracta la acusación de evasión fraudulenta. Además, la jueza de la quiebra, Valeria Pérez Casado, rechazó un pedido del empresario del juego, que buscaba retrasar la quiebra del Grupo Oil. Pero Cristina, Cristóbal y Moyano, a través de su abogado, el ex juez de la muzzarella, Daniel Llermanos, no se amilanan. Si no tienen pruebas para hacer creer que todos son iguales a ellos, las mandan a inventar. Todos los miércoles, el más impresentable de los empleados de Cristóbal, el filonazi que dice trabajar de periodista -y que sostuvo que el COVID 19 era un invento de Bil Gates y otros conspicuos representantes de la comunidad judía- inventa un delirio nuevo y presiona a los fiscales y el juez que tramita la causa del espionaje ilegal en Lomas para que me citen a declarar y me metan preso.

Informaciones de tres fuentes distintas vinculadas al proceso sostienen que la presión sobre los fiscales y el juez federal de Lomas de Zamora, Juan Pablo Auge es sostenida, pero que el magistrado la está aguantando, porque todavía los apretadores no le encontraron debilidades como para hacer efectiva su presión. Además, las falsas imputaciones que nos hace el filonazi son tan inverosímiles y ridículas que sus patrones ya están pensando en reemplazarlo, porque hasta ellos se dan cuenta que no tienen ni pies ni cabeza. En cualquier momento me va a colocar como el jefe máximo de una agencia paralela de espionaje extraterrestre que recibe información desde Marte y la reenvía mejorada a Saturno, mientras prepara una vacuna contra el COVID-19 y otra distinta para inocular otro nuevo virus, pero dentro de un universo paralelo donde se habría encontrado algunos signos de vida, que todavía no está en condiciones de anticipar.

Columna de Luis Majul en CNN Radio